Passau es una pequeña ciudad ubicada en el este de Alemania cerca de la frontera con Austria. Se encuentra en numerosas colinas que están separadas entre sí por los tres ríos que convergen al pie del casco antiguo: el Danubio, Inn e Ilz. Sin embargo, el atractivo de Passau se debe no solo a su ubicación pintoresca, sino también a su hermosa arquitectura. La vibrante ciudad fue consumida por el fuego en el siglo XVII; a pesar de que para los habitantes de Passau se trataba de una tragedia inimaginable, el fuego influyó en su apariencia actual. Los obispos que gobernaban la ciudad en ese momento trajeron arquitectos italianos para reconstruir su sede, diseñaron un nuevo espacio armonioso de la ciudad. Afortunadamente Passau no sufrió daños durante la Segunda Guerra Mundial y gracias a eso hoy podemos admirar el arte de los arquitectos del siglo XVII.
