Marruecos se asocia con lujosos ornamentos, entre los que predominan los colores intensos. Las baldosas esmaltadas generalmente se colocan en patrones geométricos, cubriendo paredes enteras de edificios y pisos. Tradicionalmente, los mosaicos de pequeños fragmentos de arcilla quemada pueden ser realizados exclusivamente por artesanos varones. Las baldosas se tiñen cuidadosamente de amarillo, rojo, verde y azul, y se cortan en formas adecuadas para que puedan crear composiciones intrincadas y llamativas. Algunas etapas del arte tradicional marroquí de colocar mosaicos se han mantenido en secreto hasta hoy y solo se transmiten de padres a hijos.