Los caramelos tradicionales se elaboran a partir de la masa producida a base de azúcar, jarabe de glucosa y agua, estos ingredientes se cuecen, removiendo constantemente hasta que su consistencia sea homogénea. Para darles a los caramelos un sabor y color adecuados, la receta base debe enriquecerse con colores y sabores alimentarios, p. Ej. zumos de frutas concentrados o cacao. Tal masa es de plástico a alta temperatura y se pueden formar varias formas a partir de ella. Sin embargo, con más frecuencia se enrollan varias tiras de colores de tal manera que la sección transversal representa un patrón determinado, p. Ej. un trébol, y luego se corta en gotas.