La nariz de botella es la especie de delfín más común y extendida en el mundo. Comparado con toda la familia de las ballenas, es una criatura excepcional porque es la única capaz de adaptarse a la actividad humana e incluso beneficiarse de ella, por ejemplo, capturando peces que escapan de las redes de pesca. En algunas bahías australianas, donde se organizan cruceros turísticos para observar estos mamíferos acuáticos, los delfines se acercan a los turistas, se dejan acariciar y alimentar. También toleran muy bien la vida en cautiverio: aprenden muchos trucos, se vinculan con un tutor, incluso parecen disfrutar del placer de contactar con un ser humano.