La baraja de cartas actual probablemente proviene de billetes antiguos: las cartas se conocían en China antes del siglo X, y originalmente el dinero se usaba como cartas. Las cartas llegaron a Europa en el siglo XIV. Se hicieron particularmente populares tan pronto como la impresión estuvo ampliamente disponible en los países europeos, lo que hizo posible producir una baraja de cartas de una manera rápida y económica. Hoy en día, las tarjetas no solo se utilizan para juegos, sino que también son un accesorio característico de los adivinos. Una baraja de cartas clásica también ha evolucionado hacia otras formas que se alejan de la estándar: las más conocidas son los juegos de estrategia de cartas, de mesa y de rol.