La construcción de la Torre de Londres en el río Támesis fue iniciada por Guillermo el Conquistador, quien gobernó la isla después de derrotar al rey anglosajón en la batalla de Hastings en 1066. La torre es de hecho un castillo, la antigua residencia real y un prisión. Hoy cumple la función de gran atractivo turístico, principalmente debido a que allí se guardan las joyas reales y una gran armería. La Torre de Londres también es popular por los cuervos, que la rodean continuamente. La leyenda local dice que cuando los pájaros se vayan del castillo, el Reino Británico colapsará.