El Coliseo es probablemente el edificio más conocido de Roma. La construcción del siglo I ha sobrevivido hasta nuestros días, sin embargo, la metrópoli romana moderna plantea numerosas amenazas para su futura existencia. La gran cantidad de turistas que visitan el lugar cada año es el problema más obvio: las autoridades deben hacer todo lo posible para proteger la estructura de visitantes irresponsables. Además, el Coliseo está siendo dañado debido a la contaminación del aire; su condición se ha visto afectada significativamente por el smog y las lluvias ácidas. Las autoridades han introducido recientemente una prohibición del tráfico de automóviles en las calles cercanas al monumento; su objetivo es reducir la cantidad de gases de escape en su vecindario, así como reducir la vibración del suelo.
