Karlovy Vary es una ciudad ubicada en la parte occidental de la República Checa, en la confluencia de dos ríos: Ohře y Teplá. Es una ciudad balneario, rodeada de bosques y picos montañosos. Las aguas termales locales se notaron ya en el siglo XIV, ya que atrajeron a numerosos visitantes a Karlovy Vary, en su mayoría representantes de la nobleza. Debido a desastres naturales y conflictos militares, el balneario ha sido reconstruido una y otra vez. El número de visitantes no ha dejado de crecer y por eso el paisaje de la ciudad se enriqueció con nuevos objetos arquitectónicos: villas, casas de manantial y baños, impresionantes columnatas. A principios del siglo XIX, Karlovy Vary comenzó la producción de licor de hierbas llamado Becherovka. La industria de la ciudad se estaba desarrollando gracias al fabricante de vidrio Moser y la construcción del ferrocarril mejoró las comunicaciones. Hoy en día también está el aeropuerto y Karlovy Vary todavía es visitado por miles de turistas y visitantes de centros de salud de Europa.
