El castillo de Dunluce se encuentra en la costa norte de Irlanda, sobre una gran roca que se eleva sobre el océano Atlántico. Gracias a esta ubicación, el castillo cumplía funciones defensivas: está rodeado por tres lados de desniveles extremadamente abruptos y está separado del continente por una brecha, que se puede cruzar a través del puente. Fue construido en el siglo XIII y cumplió la función de residencia del gobernante local hasta el siglo XVII, cuando la familia que poseía estas tierras se empobreció enormemente. El castillo cayó en mal estado y finalmente fue abandonado, mientras que las piedras, de las que se había construido, sirvieron como material de construcción para los habitantes de los alrededores. En el siglo XVIII el borde del acantilado y uno de los muros del castillo se derrumbaron al mar debido a la erosión. Hoy el castillo de Dunluce es una ruina, sin embargo, sigue siendo muy atractivo. Los turistas visitan voluntariamente los misteriosos restos.