El centro de Roma abunda en monumentos históricos relacionados con muchas épocas históricas y numerosas culturas. Los más importantes son los restos de la arquitectura de la antigua Roma (el Coliseo, el Foro Romano, el Circo Máximo, ruinas de templos) y los monumentos de arquitectura cristiana (Basílica de San Pedro, Basílica de San Juan y otros). El panorama del centro de Roma, inusual por estas dos razones (enorme cantidad de monumentos y su igualmente enorme variedad), hace que la ciudad sea tan asombrosa que es visitada por millones de turistas cada año.