El dorado y el rojo son los dos colores más utilizados en la producción de adornos navideños. Las decoraciones doradas hacen que el interior se vea más elegante y festivo, además de reflejar muy bien el brillo de las lámparas y velas navideñas. Es más, el oro está asociado con la riqueza y el poder real y por eso puede percibirse como el símbolo del reinado de Jesús en el mundo. En la tradición cristiana se cree que el oro fue uno de los tres obsequios que los Magos le dieron al recién nacido Jesús. Los obsequios estaban destinados a enfatizar la personalidad real del infante.