Las afueras del desierto del Sahara estaban habitadas por pueblos nómadas, aquellos que cambian de lugar de estancia según el clima, la accesibilidad al agua y los alimentos, así como los pastos para su ganado. Los tuareg son uno de esos pueblos que fueron los primeros lo suficientemente valientes en cruzar el Sahara de este a oeste. En el pasado criaban animales y dirigían caravanas. Hoy trabajan como guías de viajes al desierto.