La gente ha usado flores con fines decorativos durante siglos, no solo en forma de flores frescas, cortadas o cultivadas, sino también como patrones que adornan casas, platos y también han sido bordados en ropa, etc. Otra forma de usar la naturaleza como inspiración es la producción de flores artificiales: no huelen de una manera tan hermosa como las naturales, sin embargo, no se caen y conservan su color. Es más, no son tan sensibles y es más difícil dañarlos.