Comemos galletas cuando tenemos ganas de tomar un refrigerio pequeño, pero no necesariamente saludable. Hay tantas formas y sabores como ideas para prepararlos. Además de las conchas dulces o las estrellas escarchadas, también podemos tener galletas saladas o de queso. Lo mejor es que los horneemos nosotros mismos en casa; basta con estar dispuestos a improvisar un poco o usar una receta probada.