La civilización occidental entró en el período de la tecnología y la industrialización a mediados del siglo XIX. Antes de eso, no había grandes fábricas e incluso las empresas artesanales más grandes realizaban su trabajo manualmente. Por esa razón, el proceso de producción de zapatos, ropa, muebles, etc. se extendió significativamente, debido a que el precio de esos productos también fue más alto. Desde los tiempos de la Revolución Industrial, el mercado está dominado por los artículos de producción en masa y los productos artesanales se consideran con frecuencia un lujo, especialmente si están diseñados y fabricados para un cliente individual.