Vancouver, al igual que todas las demás ciudades de la costa del Océano Pacífico, solía ser un pequeño puerto desde el que zarpaban los balleneros. La ciudad comenzó a crecer rápidamente cuando se construyó el ferrocarril en 1885 y conectaba Vancouver con Montreal. La ciudad creció cada vez más y se convirtió en el puerto más importante de Canadá en la costa del Océano Pacífico.