Las coloridas fachadas de casas situadas a orillas del río Onyar se consideran uno de los lugares emblemáticos de Girona. Estos edificios se diferencian de los demás objetos arquitectónicos de la ciudad, que fueron construidos con arenisca beige pálido. La catedral, los baños romanos, los edificios del barrio judío y las murallas de la ciudad emanan de una belleza pura y digna. Las casas de vecindad, que se reflejan en el río Onyar, parecen extremadamente coloridas y luminosas en comparación con los edificios de piedra arenisca. Las orillas del río están atravesadas por algunos puentes; el Puente de la Princesa es el puente más conocido, en cuyas rejas los amantes cuelgan candados en señal de su amor eterno. También es muy conocido el puente rojo de acero Pont de les Peixateries Velles.