Venecia es conocida principalmente como la ciudad del amor, pero el amor no es la única fuerza que se manifiesta en esta ciudad. Según el concepto psicoanalítico de Sigmund Freud, un hombre se rige por dos instintos básicos, el amor y la muerte, encarnados por los dioses antiguos Eros y Thanatos. Venecia es una ciudad en la que, como en la vida humana, estas dos fuerzas se entrelazan. Paseando por la ciudad no podemos ignorar su encanto y atmósfera romántica, sino también la influencia destructiva del agua y la humedad en su exquisita arquitectura. Por un lado, los visitantes pueden disfrutar del esplendor de las casas y palacios burgueses y, por otro, no pueden escapar de los signos de su destrucción.