Jihlava es una ciudad checa ubicada en el río del mismo nombre en el sur del país. La creación del asentamiento en este lugar estuvo fuertemente asociada a los depósitos de mineral de plata. Entre los monumentos más importantes y fotografiados de Jihlava se encuentra la Puerta de la Santa Madre que pertenece a los restos de las fortificaciones medievales de la ciudad. A lo largo de los años, la estructura se ha reconstruido repetidamente y constituye una interesante mezcla de estilos arquitectónicos. La puerta está equipada con un reloj decorativo y está coronada por un impresionante ático. Actualmente, sirve como torre de vigilancia. Los turistas pueden llegar caminando por una calle encantadora.