El monasterio cartujo en la isla de Capri financiado por el secretario real Giacomo Arcucci fue erigido en 1371. A finales de los siglos XVI y XVII, la cartuja fue reconstruida después de las invasiones piratas y los incendios. También estaba rodeado por murallas defensivas. Los dos patios, alrededor de los cuales se ubicaron las celdas de los monjes, son el corazón del complejo. Actualmente, en el monasterio alberga una escuela, biblioteca y un museo donde se pueden, entre otros, admirar las pinturas de Wilhelm Diefenbach.