El estilo tradicional chino es bien conocido gracias a las pagodas conservadas hasta los tiempos modernos, es decir, torres de templos de varios pisos, así como pabellones coloridos y livianos. Las esquinas de los techos cubiertos con tejas vidriadas, dirigidas hacia arriba, son un rasgo característico de la arquitectura china. La abundancia de elementos decorativos, como figuras de animales estilizados, puentes encantadores, miradores decorativos y árboles y arbustos cuidadosamente cuidados son también características del estilo chino.