El cambio de año viejo y nuevo es un momento extraordinario. En las culturas antiguas se creía que el límite entre períodos importantes de tiempo es un momento peligroso porque no pertenece ni al tiempo que pasa ni al que está por venir. Es por eso que la medianoche se considera comúnmente una hora de fantasmas: es el momento en que un día termina y comienza el siguiente, además, muchas fiestas paganas se celebraban durante el solsticio de verano y de invierno, cuando cambiaban las estaciones. Actualmente, no asignamos mucha importancia a esos momentos, sin embargo, el Año Nuevo sigue siendo un punto importante del calendario y está asociado con emociones fuertes.
