Cerca de la ciudad sueca de Ryd, justo en medio del bosque, hay un inusual cementerio de automóviles llamado Kyrkö Mosse. Consiste en decenas de automóviles y camiones, que en parte están cubiertos de hierba y musgo. Los equipos y parabrisas más importantes se han retirado de los vehículos viejos y oxidados, mientras que algunas partes de la carrocería y neumáticos sobresalen del suelo y se integran perfectamente en el paisaje forestal. Los accidentes automovilísticos de las décadas de 1940 y 1950 son hoy una atracción turística única.