Las deliciosas frutas y verduras de temporada maduran en verano y otoño, luego podemos disfrutarlas durante varias semanas. Sin embargo, vale la pena conservar algunos de estos sabores y aromas excepcionales y disfrutarlos incluso durante el invierno. Conservas caseras como mermeladas, salsas, purés, compotas, verduras marinadas en vinagre o aceite son ejemplos de este tipo de manjares invernales. Si se preparan adecuadamente, estos sabrosos productos tratados térmicamente se pueden almacenar en frascos incluso durante varios años. Las conservas a base de tomates, pepinos, setas, calabaza o frutas nos ayudarán a reponer las deficiencias vitamínicas durante los meses fríos.