En otoño, las hojas cambian de color: del verde se vuelven amarillos, dorados, naranjas, rojos, marrones. Esta impresionante decoloración se debe a la pérdida de clorofila, responsable del color verde de las hojas. Es el primer síntoma del envejecimiento de las hojas y una señal del final del período vegetativo de las plantas. Las hojas coloridas viven muy cortas. Cuando se terminan la clorofila y otros tintes vegetales y al mismo tiempo se termina el proceso de fotosíntesis, las hojas se caen de los árboles.