La monumental catedral gótica de la Natividad de Santa María de Milán fue consagrada en 1572, pero su construcción comenzó casi doscientos años antes. Es uno de los templos más altos del mundo, también tiene cinco naves. Su distintiva fachada ricamente decorada de mármol rosa y blanco es un hito de Milán. Numerosos chapiteles y pináculos también son dignos de mención, debido a ellos la catedral se llama en broma el "erizo". Las intrincadas tallas y estatuas cubren la fachada del templo, así como sus puertas y el techo, donde se encuentra la plataforma de observación. Il Duomo di Milano tiene vidrieras iluminadas desde el interior.