Los gatitos jóvenes están muy ocupados y son curiosos, por lo que usan con gusto lo que encuentran en el piso del dueño para jugar. Los gatos domésticos persiguen pequeños objetos que se pueden agarrar, rodar y empujar con una pata en el suelo, reemplaza la acción de caza. Al contrario de los estereotipos populares, un gato no debe jugar con un ovillo de lana, porque tragar fragmentos de fibra puede dañarlo. En lugar de una peligrosa bola de hilo, es mejor darle al gato una bola pequeña y suave.