A finales de las décadas de 1870 y 1880, el Cocker Spaniel fue llevado a Canadá y Estados Unidos desde Gran Bretaña. A partir de una raza de perro inglesa, los estadounidenses, utilizando una selección genética aguda, crearon una variación más pequeña del Cocker Spaniel, adaptada a un entorno diferente. Los cocker spaniels ingleses se utilizaron para la caza, mientras que sus descendientes estadounidenses tienen instintos de caza menos desarrollados y son más adecuados como perros de compañía. Su pelaje sedoso y su elegante forma de moverse conquistaron los corazones de muchos entusiastas de los animales.