Las pinturas acrílicas se utilizaron inicialmente para pintar las paredes exteriores de los edificios para protegerlos de las condiciones climáticas adversas. Debido a su aparente textura, estabilidad y al hecho de que pueden cubrir varias superficies diferentes, también se utilizaron en la técnica. Las pinturas acrílicas se caracterizan por colores intensos y un secado relativamente rápido, por lo que podemos aplicar varias capas intensificando la impresión de profundidad. Las pinturas de este tipo se verán bien en lienzo, papel, madera e incluso en la superficie de vidrio o metal.