A los excursionistas les encanta aventurarse en áreas aisladas donde dominan la naturaleza salvaje, la paz y la armonía. En algunos lugares pueden encontrarse con una aldea escondida entre bosques o colinas, donde la gente vive mucho más lenta y tranquila que en las ciudades. Los amantes del trekking pueden recorrer muchos kilómetros para conocer personas que comparten valores diferentes y tienen una forma de vida completamente diferente. Este tipo de confrontaciones nos permiten mirar nuestro propio mundo desde el punto de vista de otra persona y tomar cierta distancia a las cosas a las que damos demasiada importancia.