Las frutas de temporada, como fresas, cerezas, grosellas, frambuesas y arándanos, son saludables, ricas en vitaminas, bajas en calorías y sobre todo muy sabrosas. Son ingredientes perfectos de tartas y muffins, postres dulces y conservas caseras. Su sabor ligeramente amargo se puede romper con la adición de helado, crema, gelatina o delicioso kissel. Los frutos recolectados en verano se pueden conservar en tarros en forma de deliciosas mermeladas o compotas, así como congelar para disfrutar de su sabor en invierno.