Los albaricoques se cultivan comúnmente en casi todo el mundo, desde Asia (donde se originaron), a través de Europa, hasta ambas Américas. El cultivo de albaricoques tiene una larga tradición: se cultivó en China hace cuatro mil años. Era muy conocido incluso antes de Cristo, en el Imperio Romano. La fruta se consume con mayor frecuencia fresca, aunque las conservas de albaricoque se consideran una valiosa fuente de vitamina C.