Los productos alimenticios frescos proporcionan la mayor cantidad de vitaminas y minerales y su sabor suele ser más pronunciado que después de utilizar un tratamiento térmico. Las plantas comestibles crudas no solo son sabrosas, saludables y generalmente bajas en calorías, sino que también permiten romper la monotonía de las comidas altamente procesadas, que son cada vez más dominantes en nuestra dieta. Alentar a los niños a probar frutas y verduras frescas les permitirá conocer nuevos sabores, olores y texturas. Además, la riqueza de formas y colores ayudará a diversificar el menú diario y desarrollar hábitos saludables de los más pequeños.