Los productos que clasificamos como frutas o verduras en nuestras cocinas no siempre son interpretados de la misma manera por los botánicos. Según la definición biológica, una fruta es una parte de la planta que se desarrolla a partir de una flor y contiene semillas. Por tanto un tomate, pepino, calabacín o pimientos son frutas, aunque mucha gente las consideraba verduras. Sin embargo, la clasificación botánica no tiene gran importancia desde el punto de vista del consumidor - el sabor y aroma rico de los productos servidos, así como su valor nutricional son los más importantes, en el caso de frutas y verduras tales cualidades son indispensables.