La cocina mexicana se deriva de las costumbres culinarias de los indígenas y participantes de las expediciones militares españolas, quienes comenzaron a importar productos alimenticios previamente desconocidos en las zonas colonizadas: principalmente cereales, verduras y productos lácteos. Entre los ingredientes importantes de los platillos mexicanos se encuentran legumbres, maíz, tomates, pimientos y cebollas, así como especias picantes. Una forma popular de preparar y servir platos calientes es envolverlos o ponerlos en tortillas de harina de maíz o trigo. Forman la base de delicias como tacos, burritos o quesadillas.