Un almuerzo para llevar, que un niño lleva al colegio, es, contrariamente a las apariencias, un lugar muy importante en su menú diario. Un bocadillo con carne magra y verduras, así como frutas, proporcionará a los jóvenes la energía necesaria, mejorará el bienestar y les permitirá concentrarse en el aprendizaje. Comer bocadillos dulces y nutritivos con el estómago vacío o permitir largas horas de descanso entre comidas son malos hábitos que pueden alterar el metabolismo, provocar dolores de hambre vespertinos e incluso trastornos alimentarios en el futuro.