La producción mundial de azúcar está en constante crecimiento, así como su consumo. El hecho de que la gente ame el sabor dulce está condicionado por la evolución. Antes de aprender a cazar y cultivar granos, nuestra dieta consistía principalmente en frutas y el sabor dulce era una señal clara de que un espécimen dado está maduro y se puede comer de manera segura. Con el tiempo, introdujimos carnes, platos de harina y lácteos en nuestra dieta, pero seguimos buscando los dulces como nuestro tipo de comida favorita. Esto se debe a que luego de comer dulces nuestro cuerpo comienza a producir hormonas que nos ponen de buen humor y se activan los centros de placer y recompensa en el cerebro. Sin embargo, debes recordar que la alegría de comer dulces es efímera y el exceso de azúcar tiene un efecto negativo en nuestra salud.